Antonio De Marcelo
Yo le pido a usted, permita que mis palabras la descubran
poco a poco. No quiero mirarle, ya le conozco al haberle visto a los ojos, no
quiero tocarle ya he viajado por la curvatura de su espalda en mis sueños,
permita que mis palabras viajen por sus piernas, que se posen en ese lugar
detrás de la rodilla; quizá llegue a sentir cosquillas, no tema son solo verbos
incrustados en enunciados salidos de mis pensamientos, palabras queriendo ir
más allá de una oración. Yo le adelanto que tal vez mis palabras hallen a esa
mujer que juntos no pudimos descubrir, probablemente desvelen ese misterio
llamado fémina. No se preocupe con evitar que los adjetivos anden jugueteando
en su vientre quizá pueda negarles de nuevo el milagro de ser. Yo, le pido no
niegue a mis palabras el viajar por sus brazos, perderse entre su cabellera, quizá
posarse en el lóbulo de su oído a conversar de esas veces cuando las quise
ahogar en café. Si es posible rescate alguna llévela como el recuerdo de una
realidad que se negó a nacer, deje que mis palabras la descubran bocarriba
mientras mira la bóveda celeste, tal vez le ayuden a encontrar el azul perfecto
del cielo que le prometí cuando hacía versos para usted.
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