domingo, 19 de diciembre de 2010

SIN LA CAMARA EN MANO.



Sin la cámara en mano.
Antonio De Marcelo Esquivel.
Había pensado hacer toda una historia de cine con una cámara y entrevistas para dejar testimonio de la vida y obra de Domingo De Marcelo Ruíz, pero el tiempo se me viene encima y los pretextos no faltan, así que he ido dejando para otro día lo que debía ocurrir ya mismo.
Y es que de pronto se me ocurren ideas como poner una cámara escondida e inducir la plática hacia esas vivencias que han conformado el pasado de mi papá y mamá, cosa no fácil porque contar nuestra propia historia solo sale real si la cuentas en la sobre mesa, entre unos tragos; lo que no ocurriría nunca con mi papá que no toma, o bien en una de esas tardes de nostalgia mientras te admiras de cómo ha cambiando el lugar, así que he decidido reproducir uno de esos instantes, de los que está hecha la vida.
Fue una mañana, no diré cual para evitar esos de las fechas y darle a este espacio su naturaleza de cuentero y confesionario.
Apenas habíamos comido mole, a unos días de celebrar la navidad, cosa poco común porque el cumpleaños de mi hermana Lilia nunca se ha celebrado, quizá porque al caer en 19 de diciembre, pues ya tiene encima las posadas, los preparativos de la cena navideña, los regalos de la noche del 24 y el intercambio de calzones que inventamos en una de esas tardes de ocio entre mis hermanos y yo, lo que no ha cambiado, de manera que cada 31 de diciembre al menos estrenaremos chones rojos para el amor o amarillos para el dinero.
Relato todo esto porque la vida es una maraña de actos, como una película de esas con una historia en cada personaje, y hace falta conocer la naturaleza de cada uno para saber el papel que juega en este tinglado.
Fue precisamente en una de esas sobremesas, que hablamos de cómo ahora las parejas ya no se comprometen en una relación para toda la vida y al contrario se casan con la consigna de que si no funciona pues: nos separamos y ya, eso sin pensar siquiera en todos los corazones que rompen cuando toman esa decisión, y digo corazones porque las relaciones cuando profundizan implican a las familias de ambos que en muchos casos se involucran y en una separación toda la familia termina dañada, además de los hijos que nada tienen que ver en las decisiones.
Cómo decimos a veces cuando sentimos nostalgia porque en el pasado todo fue mejor, ya no los hacen como antes, y claro al menos no a las personas que ahora han enfermado al mundo.
Quizá por eso celebro tener un papá y una mamá que sortearon los sinsabores de la vida y como dicen cuando se casan, estar juntos hasta que la muerte los separe.
Ahí estaban sentados uno a cada lado de la mesa con los papeles bien delimitados, ella cocinando y el proveedor del hogar, dos papeles diferentes pero indivisibles porque de esa combinación de trabajos nada fáciles nos educaron a los hijos que hoy deseamos tener una vida larga en la que un día podamos conversar con las huellas del tiempo en una rememoración de ese pasado en que pusimos en práctica las sabias palabras de papá.
Digo ahora ya no se roba uno a las muchachas, ni les da un ultimátum, pero al caso da lo mismo pues como dijo Maquiavelo el fin justifica los medios.
En tanto la cámara sigue guardada en espera de ese documental que sea mi opera prima con la vida de Domingo De Marcelo.

miércoles, 15 de diciembre de 2010

Con todo cariño para una mujer importante.



Las manos más lindas.

Por Antonio De Marcelo Esquivel.

De pie como siempre con un guiso en el pensamiento, una oración en los labios y las manos ocupadas en pelar chicharos, tomates o patas de pollo camina siempre de un lado a otro, acaso con seriedad pero nunca con enojo en el rostro, incluso cuando más iracunda siempre sabe hallar una respuesta que acompañe el regaño para hacernos mejores personas, quizá por eso es que nunca le guardé rencor por los golpes, los jalones de orejas o la felpas por no saber crecer como se debe.
De ella se muchas historias pero poco de sí misma, de cuando nació casi no se sabe. Le celebramos su cumpleaños en julio, pero creo que nació en mayo, quizá poco después en el tiempo de aguas, y es que nos ha contado infinidad de ocasiones:
-Cuando pregunte la fecha de mi nacimiento mi mamá me dijo:
-Ya veras, tu naciste cuando el rayo mató el torito.
La respuesta nos arrancó carcajadas la primera vez, luego solo sonrisas y ahora solo una profunda pena porque no tiene fecha de cumpleaños, aunque a ella eso no le importa, porque al ser madre se deja de lado esas cosas poco prácticas para atender asuntos más importantes como el crecer nueve hijos, darles de comer, educarlos, corregirlos, esperar al papá y hacer rendir el gasto por poco que este pueda ser.
Antes ni siquiera la escuchaba, buscaba el menor pretexto para salir a la calle y recorre esas calles polvosas, llenas de cables como telaraña, casa a medio construir y una sociedad peleada con la vida que a mordida, golpes y patadas se hacía respetar en el barrio.
No fueron pocas las noches que corrí como loco por la colonia con un tubo en la mano, un cinturón con hebilla o una piedra para defender el barrio como si de casa de tratara.
No éramos muchos, acaso un puñado de muchacho en la adolescencia, flacos de pobreza, sucios de las tolvaneras, harapientos, maleducados, groseros y locos que deseábamos hacernos respetar a golpes aún por un quítame esas pajas de ahí.
Muchos de mis amigos resultaron descalabrados, con huesos rotos al jugar futbol americano, sin más protección que la valentía de chocar cuerpo a cuerpo, caer sobre las piedras filosos, únicamente para levantarse de nuevo y volver a la línea de golpeo, no por un balón ovoide, sino en defensa del honor, chorreando sangre de la nariz, con la piel rota o la ropa hecha un guiñapo pero eso si con el honor a salvo y seguros que al llegar a casa habría un regaño, pero también las manos que nos curarían.
Tal vez para nuestras madres era solo una diversión, pero para nosotros era algo más, era jugar al juego de la vida y por eso escapábamos de casa para pelear el territorio a golpes, a mentadas de madre, en resumen hacernos respetar a chingadazos, los mismos que íbamos a recibir al llegar a casa por la noche, sudorosos, cansados, hambrientos, pero sobre todo conscientes que ahí no terminaba la vida.
No fue una, fueron muchas noches que me escurrí por la marquesina, a la que subía como gato, directo a mi cuarto en una habitación en obra negra con una lona como ventana, una mesa de centro vieja, un librero hechizo, unos cartones como cama y mi guitarra, que tocaba en la oscuridad, quizá nada, pero mi mundo al fin y al cabo.
Ella no me arropo, al menos no lo recuerdo, pero sus manos hicieron más de lo que merezco para mí, me hicieron hombre y me enseñaron que la vida no es fácil, que se pelea a mordidas a madrazos, y no se pone la cara después del primer golpe, sino que se responde a putazos para no ser menos.
Ahora recuerdo que enojada por mis actitudes rebeldes más de una vez tomó la chanca para corretearme alrededor de la mesa mientras yo gritaba por un dolor inexistente, que a palos me hizo respetar las normas y que a jalones de orejas me hizo aprender las tablas de multiplicar hasta que se me pegaron para siempre.
Quizá la ejecutora de la ley en casa, pero al fin y al cabo la mitad de lo que soy ahora, porque la otra mitad es mi papá, del que ya les contaré.
En una palabra la primer mujer más importante de mi vida.
Tal vez por eso me pegó tanto su frase cuando una vez mirando sus manos pecosas, gastadas por el tiempo, arrugadas por los años y llenas de historias, dijo:
-Tengo unas manos bien feas, sin que yo me atreviera a decirle:
–Son las manos mas lindas, maravillosas y tiernas de que yo haya conocido, son las manos donde no tengo miedo, donde el frio no llega, las manos que deseo cuando me pierdo, cuando no se de mi, cuando simplemente las necesito.

martes, 16 de noviembre de 2010

Veracruz.



Guía: Mala noche- Buena mesa vámonos p´a Veracruz.
Antonio De Marcelo Esquivel.
Hacer periodismo es ya en si un trabajo difícil, sobre todo cuando la exigencia primaria es la objetividad, esa definición que casi siempre se somete a la discusión y que por lo general queda en entredicho cuando el que escribe se involucra sentimentalmente por filio o fobia al personaje, lugar o tema y termina por escribir con el corazón o el hígado, quizá por ello cada persona en la sana libertad de escoger que le gusta leer toma determinado diario, revista o sintoniza una estación de radio o televisión.
Quizá por ello cuando me siento a la máquina intentó pensar primero que deseo hacer saber a la gente y con qué palabras debe ser impresa, sin que en este intento se note mi presencia y en dado caso el texto sea más una nota informativa con todos sus elementos, lo que no siempre ocurre.
El caso es que este fin de semana 12 al 15 de noviembre (2010) me estrené como reportero de turismo, claro, pensé: que tan difícil puede ser después de dos décadas de hacer periodismo solo se trata de pasármela bien y disfrutar, ya luego escribiré la nota y san se acabó; sin embargo la cosa se complicó un poco por la noche del primer día. Resulta que luego de una opípara comida a base de mariscos, carne en salsa con queso y arroz tumbado con agua de horchata, nos fueron a dejar a nuestros respectivos hoteles, y digo nuestros, porque la asociación de hoteleros del estado de Veracruz tuvo la graciosa y nada inteligente ocurrencia de ponernos a cada reportero en un hotel diferente.
Esta logística de viaje la atribuí a que deseaban que conociéramos los diferentes hoteles con que cuenta el puerto para el turismo nacional principalmente, ya que esta entidad del Golfo de México, aunque colinda con los estados de Tamaulipas, San Luis Potosí, Puebla, Oaxaca y Tabasco y que es el puerto más importante del país además de todo el legado histórico y cultural atrae más a los visitantes nacionales.
En fin algo diferente a lo realizado por otros, así que acepté el hotel Acuario que me asignaron. Colorido por una fuente con vitral emplomado de de colores y que desde la entrada es fresco por tener enormes puertas que dan a la calle y dejan ver su recepción con dos jóvenes veracruzanos atendiendo, una sala de estar con una enorme y pesada mesa de madera y un restaurante de fondo.
Me gustó por el folklore que despide al estar en una zona habitacional a solo unas calles de la playa, aunque de pronto no fue tanto como esperaba, menos cuando entre y me halle con un pasillo con olor a humedad una puerta con el número 305 ya caído, y dentro tan solo traspasar la puerta un ambiente de abandono, cama king size, televisión empotrada a la pared de esas de enorme cinescopio, sin una mesa para trabajar o colocar cosas y un baño con un deprimente lavabo, una tasa y su regadera.
Todo hubiera pasado si la cama no hubiera sido tan dura que impidiera dormir, claro ya imaginarán como desperté, sobre todo porque el sueño lo pude conciliar hasta después de las tres de la mañana, mas por el cansancio que por la comodidad de una mullida cama. La cita para vernos en grupo e ir a desayunar era a las 06:40 y aunque mi despertador fue puesto a las seis en punto no lo escuché, me despertaron los golpes que un empleado daba a la puerta para informar
–Ya lo espera en la puerta la camioneta.
Tuve que lavarme la cara a prisa lavarme los dientes ponerme la ropa así nomas y salir corriendo con la mochila y cámara a cuestas.
Por supuesto que reclame a Dinorath la joven que nos recibió en el aeropuerto, el sitio donde me habían echado y no paré hasta que por la noche me cambiaron de hotel, por supuesto hubo reclamo a la encargada de la agencia, y aunque mis compañeros me recriminaron haber sido tan duro con ella argumente: que al ser un viaje de turismo para escribir de turismo lo menos que se espera es un lugar del que se hable bien o de lo contrario no sirve a los intereses de quien desea atraer a los visitantes.
Por fortuna el segundo hotel donde me llevaron “Colonial”, que está justo entre los portales a un costado de la catedral y la plaza fue mucho mejor en confort, espacio, zonas para trabajar y asearme, aunque tampoco cuenta con enchufes de tres patitas, lo que remediaron prestándome una extensión.
Lo bueno de todo es que Veracruz me conquistó por el estomago y aunque en infraestructura no podría ponerles diez, por la experiencia vivida, si lo haría por la hospitalidad de su gente en Tlacotalpan, por su arquitectura que pese a la inundación logró conservarse, y por su café que me encanta, aunque soy de la idea que hay que ir un poco más allá de La Parroquia, pese a que no pasar a tomar un lechero con su respectiva concha es un crimen imperdonable.
Y es que probar sus parrillada de mariscos, tostadas de minilla, filete relleno de mariscos, ceviche, ensalada de mariscos, tostadas de maricos, arroz a la tumbada, camarones enchipotlados, camarones empanizados, tostadas de jaiba, jaibas rellenas, campechanas, ensalada de camarón, pulpos en su tinta, coctel de camarón, camarones a la crema, sierra en escabeche, o sus tamales de pescado es una experiencia que no cambio por nada.
Debo decir que mi primer pensamiento fue escribir una crónica malsana sobre el lugar donde me quede a dormir la primera noche, aunque luego he reflexionado al grado de pensar que en cada sitio donde se ofrece un servicio hay el esfuerzo de un empresario o una familia que da lo que tiene y puede, pero que desde mi humilde opinión siempre puede mejorar.
La primer feria gastronómica anual ocurrió en un espacio al lado a la biblioteca del puerto y a un costado del museo de la Marina, donde la banda de esta honorable institución tocó hasta que inició el evento central, por supuesto con bailes regionales, cantantes veracruzanos y la presencia del titular de Turísmo del estado, porque el resto de la crema y nata de la entidad se fue a una boda.

viernes, 22 de octubre de 2010

SENCILLITO Y CARISMÁTICO


Por Antonio De Marcelo Esquivel.
Este compa llegó a nuestro país desde las pampas argentinas, pero un trío de ratas coludas de esas que deambulan por la Central Camionera del norte le hicieron el favor de cambiarle de dueño la lana que traía para gozar de la comida y paisajes mexicanos, así que ahora se ha tenido que conformar con la comida que reparten en albergues capitalinos, no tiene donde asearse y menos dinero para regresar a su país. Lo entreviste fuera del periódico La Presa, donde se manifestaba en contra de sus autoridades y aunque ellos le dijeron que no lo podía hacer, pues lo hizo; Con los pinches cien pesos que le dio el "che" cónsul de su nación pintó una cartulina y ahí esta exhibiendo a su país que le afirma no tener presupuesto para llevarlo de nuevo a su natal Argentina, "no llores por mi" quizá le pide, pero el si llora por volver a ver a su familia. Dijo que allá se dedicaba a la metalurgia, acá le decimos menos pomposamente herreros, que juntó su dinero para unas vacaciones y por la evidencia estas ya se alargaron, sin que pueda siquiera trabajar para juntar la plata, porque la ley se lo impide, así que pronto no será más que otro indigente como muchos que andan por la calle, con la diferencia que este che tiene acento sencillito y carismático, así que quizá un día lo miren por ahí en su andar para juntar landa y marcharse a casa.

miércoles, 13 de octubre de 2010

NADA ME VOY A LLEVAR CUANDO ME MUERA




Antonio De Marcelo Esquivel.
El despertador sonó a las 07:00 mi celular a las 08:00 y el otro despertador a las 08:30, por fin tuve que dejar la cama y darme un baño con agua fría para terminar de despertar. Por mi me hubiera quedado en la cama, pero la orden de trabajo en la redacción de La Prensa era clara 11:00 Palacio de Minería foro Democracia y Estado, con la presencia de Carlos Slim. La verdad ni me inmuté, uno siempre anda del tingo al tango teniendo conferencias con personajes de la vida pública mexicana, ¿y eso qué? Hay que hacer una nota y seguir viviendo. Alguna vez si me emocionó estar tan cerca del hombre más rico del mundo, incluso hasta me quería tomar una foto con él, creo que fue en la navidad por ahí del 2004 o 2005, pero ni me tomé la foto y solo le vi de lejos en esa fiesta donde van artistas, personajes de la política y por supuesto un chingo de reporteros con la esperanza de llevarse alguno de los regalos navideños que rifa su gente de prensa. Recuerdo que esa vez me llevé un multifuncional que terminó en casa de mi hermana sin ser usado. En fin que ahora llegue al diario para dejar mi mochila y solo me llevé la cámara, algunas hojas, pluma y mi grabadora, por si acaso. Iba a meterme al metro, para salir en Allende, pero el día era soleado y se antojaba caminar, así que me paré en la esquina me comí una quesadilla de chicharrón aprensado, una gordita con papas, lechuga salsa y queso sin crema y mi chesco de coca cola, claro el desayuno perfecto de un reportero. Ya comido me fui por la avenida Hidalgo del lado de la Alameda pase por atrás de Bellas Artes y atravesando Lázaro Cárdenas llegue al Palacio de Minería, ese donde está una piedrota como de metal que dicen es un meteorito. El tal Carlos Slim, dueño de TELMEX, aunque haya dicho que no, no estaba aún, así que anduve por ahí saludando a los camaradas de otros diarios, a mis cuates de prensa del Instituto Federal Electoral y en pocas palabras pendejeando nada más. Estando ahí se me antojó un cafecito pero los meseros me mandaron a la chingada, que porque no podían servir hasta que llegara el receso, ni modo, les iba a mentar la madre, pero pensé que finalmente ellos también son empleados, que les pagan por obedecer, así que me fui del otro lado y le pedí el café a una edecán, de esas señoritas bien buenas que contratan para adornar el lugar y dizque apoyar la logística, la verdad ni creí: primero que me hiciera caso, y la otra que le dieran mi café, pero para mi sorpresa me trajo el café y hasta galletitas, que ni me acabé porque anunciaron el panel donde estaría Carlos Slim, así que tomé algunas fotos y me fui cerca de una bocina, creí que daría una buena nota, pero la verdad es que me decepcionó hizo una digresión sobre la transformación del estado y luego ante las preguntas de una bola de resentidos sociales que le cuestionaron tener tanto dinero se limitó a decir: “nada me voy a llevar cuando me muera”, que la pobreza no se soluciona regalando 400 o 500 dólares o él lo haría y que la pobreza la usan los políticos demagogos. Luego terminó el panel y claro los reporteros se arremolinaron para entrevistarlo y ni nos peló, lo esperamos en otra puerta pero sus guaruperros nos dijeron que ni madres y lo mismo salió dizque hablando por teléfono y se marchó sin responder a las preguntas, dejándonos con un palmo de narices y preguntándonos ¿quién se cree, el dueño de México?

martes, 21 de septiembre de 2010

domingo, 12 de septiembre de 2010

martes, 24 de agosto de 2010

Por Antonio De Marcelo.

FERNANDO

Por Antonio De Marcelo Esquivel.
Katlina pasó de nuevo su lipstik color negro por los gruesos labios hasta tornarlos negros como la noche, juntó ambos, y se miró en el espejó del sanborns en la calle Madero, miró sus uñas una vez más, extendiendo sus dedos cual largos y dejó que del acrílico luciera en su máximo esplendor con el maniquiure francés de nueva moda, claro negras con brillos plateados que al contacto con la luz desprendieran un reflejo de mil haces, iba a ponerse guantes negros, pero al ver sus manos huesudas y largas prefirió quedarse así, de todos modos ya era demasiado la bizarra blusa con escarolas al frente y en los puños, la falda de belour, las medias de red y las botas con tacón y plataforma que al menos le daban diez centímetros más de estatura a sus escasos 1.55. La línea del párpado era negra también, no podía ser de otra manera e incluso adicionó algunos jeroglíficos con el delineador sobre sus pómulos a fin de acentuar el misticismo de la mirada, dar profundidad a sus pupilas oscuras y hacer sentir la oscuridad en la que vivía.
Había entrado con pantalón de mezclilla, zapatillas negras y playera morada, con el cabello negro alaciado; ahora saldría hecha una vampiresa. De su bolso sacó un cráneo color café y lo acarició como se hace con el amante, lo miró fijamente a las cuencas vacías y besó su desnuda dentadura. El cráneo perteneció a un desconocido, pero ella prefería contar que había sido de un amante que un buen día había tratado de abandonarla y ahora lo tenía consigo para siempre; claro esto causaba escalofrío en quienes la escuchaban y quizá eso era lo que más placer la daba, ver a las mujeres frotarse los brazos como si un halo de aire les pegara de pronto y a los hombres hacer saliva y responder
-- ¿Es en serio. No mames?
Ella, entonces, asentía con ese dejo de misterio que sus ojos proyectaban al enarcar las cejas dejar caer los párpados, mostrar sus carnosos labios al hacer la boca chica y posar su mano sobre del cráneo a quien prefería llamar Fernando.
Incluso ensayó una vez más la mirada, se paró frente al espejo tomó el cráneo sobre la mano derecha, posó la izquierda sobre de eél, ladeo la cabeza hacia la izquierda dejando caer al lado la cabellera negra e incluso algunos mechones sobre la cara y proyectó esa mirada que dice tantas cosas y al mismo tiempo nada, e incluso dejó que su rostro esbozara una sonrisa apenas perceptible, que por cierto abandonó al escuchar que alguien jaló la palanca de la tasa en uno de los gabinetes; entonces se abrió la puerta y ella hizo como que arreglaba su cabello, no sin antes dejar el cráneo sobre del lavabo mientras metía las uñas para esponjar el peinado. Aún de reojo pudo ver a la mujer de al lado hacer una mueca de terror y retirarse sin lavar sus manos, lo que le causó cierto regocijo muy dentro.
Todo estaba listo, respiró profundo, tomó su bolso, a Fernando y jaló la puerta para salir de ese baño, dio algunos pasos e inició el descenso de la escalera rumbo al comedor del lugar, que tendría que atravesar hasta la calle. En otro tiempo hubiera sido como un siglo al sentir las miradas de viejas criticonas y sus rancios maridos o de jóvenes que no eran capaces de esconder las risillas burlonas, pero ahora era diferente, había aprendido a vivir hacia dentro y no hacer caso de cuchicheos, risillas o miradas penetrantes de hombres y mujeres que buscaban respuestas, aunque pocos se habían atrevido a acercarse a ella.
Hubiera querido que al traspasar la puerta del lugar el clima fuera frio, lluvioso, al menos oscuro, pero en lugar de ello la tarde era soleada y para colmo un rayo penetrante que se colaba entre el edificio de teléfonos y el de una librería pegaba justo en esta puerta. Fueron solo unos segundos los que miró al sol de frente, aunque para ella fueron como horas, quizá días, siglos tal vez, hizo una historia dividida en milésimas de segundo: en la que de pronto al sentir los rayos soleados hubiera soltado todo y se llevara las manos al rostro mientras su piel se caía a pedazos como los clásicos vampiros hasta desaparecer en medio de fuego y gritos de dolor, pero en cambio ese contacto con el Dios Febo le hizo llorar los ojos e incluso estuvo a punto de volver para revisar el maquillaje, aunque finalmente decidió adentrarse en las calles del Centro Histórico.
El andar de Katlina era más bien lento, cadencioso, siempre con la mirada al frente, buscando el contacto visual con la gente, no obstante parecía que todos tenían otra cosa que mirar y las más de las veces hallaba solo rostros sin mirada, caras distantes, labios carentes de sonrisa y pese a la luz que desprendía su ser miraba oscuridad. Percibía que había vivido ya estos mismos pasos, el mismo camino, el mismo polvo, las mismas calles en otros tiempos cuando las prendas no eran sino pedazos de telas, pieles y la misma pobreza humana.

yo

miércoles, 14 de julio de 2010

LANALGA.COM

La Nalga. com extiende una disculpa por no haber subidoalgo las últimas semanas pero ya saben como es esto de andar trabajando para sobrevivir.
hoy no traigo nada, quizá más tarde pero ahi les dejo una listo de libros eróticos.
El nido de la oropéndola.
Historia de R.
La institutriz inglesa
Nina la dominadora.
El otro Drácula.
Historia de O/Retorno a Roissy
Las edades de Lulú
Las fábulas del Marqués de Sade
Justine
La venus de las pieles.

aSALUDOS A TODOS Y TODAS, (por aquello de la discriminación.

jueves, 10 de junio de 2010

LANALGA.COM


La bandera nacional ondeaba lindo, Mañana es el partido México-Sudáfrica,
Ayudalos Diosito.

LANALGA.COM


Hola que tal a toda la raza, pues nada que en medio del agetreo que me causó cubrir la vispera del partido Mexico-sudáfrica me tiré para la calle y me encontré esta belleza.
saludos para todos, pronto fotos de las chicas en el futbol, por cierto ya hay varias candidatas para que sus fotos estén en lanalga.com pronto las subiremos a este cochino espacio.

lunes, 12 de abril de 2010

lunes, 15 de marzo de 2010

jueves, 4 de marzo de 2010

Y EL CAMION QUE NO VIENE.

Por Antonio De Marcelo Esquivel.
Estábamos de nuevo en ese cuarto oscuro, pero no me imaginé que fuera ella personaje de uno de mis cuentos, era entonces de carne y hueso, gemía y ahora creo que de puro compromiso para hacerme sentir grande.
Al principio creí que se trataba de una especia de mujer que se guardaba todo, porque no hablaba, no decía nada, solo hacía y se dejaba tocar a pesar de hablar mucho en otros lugares.
Su edad era muy joven para ser una experta, pero no he hallado otra que haga el amor como ella, pese a que muchas mujeres han pasado por mi cama y por mi vida.
Y así se hizo personaje de un cuento que iba a escribir 20 años después, justo cuando regresó a decirme que no me había olvidado.
Casi ni la recordaba, aunque era como una de esas tardes soleadas que te sientas a ver la naturaleza, que respiras el aire fresco y dejas que pase el tiempo sin siquiera reclamar espacio para otra cosas, pero luego te levantas y queda en ti la sensación que ha pasado mucho tiempo, pero que te quedarían ahí otro tanto.
Así fue ella, que se marchó una noche sin siquiera comprometerse a volver al día siguiente. Así vivíamos los días, como alcohólicos, uno a la vez con la promesa de volver al día siguiente.
Era una llamada telefónica:
–Qué haces?
Una invitación y listo estábamos ahí para amarnos, o quizá solo hacer el amor, tal vez copular como animales que embisten y luego se marchan dejando todo atrás.
Así pasaban las tardes, cuando ella tenía que volver al colegio y simplemente tomaba sus libros y sin decir nada se marchaba dejando una estela de esa sonrisa que me atrapó cuando la vi en esa esquina esperando el camión.
No iba a ser un personaje de cuento, solo una charla de desconocidos que coinciden en la parada y como no queriendo hurgan en la vida del otro.
-Este camión se tarda mucho?
Le pregunte como para iniciar la conversación al verla mover nerviosa las piernas y mirar hacia el oriente, como si de esa manera fuera a llegar más pronto el camión.
Yo no sé si me respondió por pura cortesía o también necesitaba conversar porque tras la afirmación agregó:
–Me choca este camión porque tarda y además hace base en cada esquina, luego frena y acelera como loco.
Le iba a decir que para mí era una aventura subir a los autobuses porque ver a la gente es mi profesión, pero me callé, preferí coincidir con su punto de vista en una serie de quejas por el transporte que después de cinco minutos se transformó en una invitación al café de enfrente, al fin que desde ahí podríamos ver cuando aparcara.
De café pasamos a las galletas, más café y de pronto ya estábamos ahí enganchados en una charla sobre nuestras vidas y la oportunidad del destino que nos coloca en los lugares indicados cuando es necesario.
El camión llegó a medio café, pero preferimos quedarnos, al fin que su clase de historia casi terminaba y yo no deseaba llegar a casa tan temprano, de manera que caminamos por el vecindario, primero juntos, luego tomados de la mano.
No sé que me llevó a tomar su mano, solo sé que de pronto corrimos por la avenida ella casi detrás de mí, yo con su mano como en sentido protector.
Ya no nos soltamos, llegamos a una librería y entramos a ver las pastas de los libros, las ofertas y los discos mientras en el fondo sonaba Céspedes a Olvidarte será fácil.
No tome en cuenta la canción, pensaba más bien en sus manos péqueñas, en sus dedos largos, en su cabello descuidado, en los cuadernos escolares, en su mezclilla acabada y esa playera que había visto tiempos mejores.
Luego en las tardes subsecuentes no hubo jeans ni playera ni sostén solo piel y jazz bajo sábanas rentadas que nos cubrieron las escapadas hasta que un día sin decir porque se marchó sin prometer que volvería.
Con el tiempo describí su cuerpo en historias, los cuadernos en cuentos y su cabellera en crónicas de un cerdo, solo para recordar, odas de su silencio al hacer el amor y esa manera de acabar, de sus salidas a prisa sin siquiera decir te quiero. Quizá inventé sus gemidos y su presencia sin querer.
Hoy ha vuelto, pero no promete quedarse, vamos ni siquiera sabe si mañana va volver, otra vez con su silencio acompasado al hacer el amor, ya no gime, viene con sus huidas a prisa de ese cuarto oscuro, quizá solo para hacerme ver que es parte de mi realidad, convertida en otra tal vez para borrarse de mí.

lunes, 15 de febrero de 2010

lunes, 11 de enero de 2010

Por Antonio De Marcelo

La magia de la Web y los programas, saludos a la raza que visita este asqueroso espacio.
Efectos de fotos. Watching TV

martes, 5 de enero de 2010

Por Antonio De MArcelo

Para toda la raza que gusta del Tequila, les invito a la primer Muestra Nacional del Tequila que se desarrolla en Arandas, Jalisco, México, más de cien marcas en un maraton tequilero que va del tres del enero al 12 del mismo més, con luchas, rodeo americano, bellezas por todos lados y por supuesto tequila, mucho tequila. Aquí les pongo una muestra de lo que hay, solo estuve dos días y ya quiero regresar, allá nos vemos